¡Por fin ha llegado el verano!

Es hora de guardar el armario de invierno y sustituirlo por camisetas de tirantes, vestidos de verano y pantalones cortos.  

Seguro que quieres lucir un buen aspecto en traje de baño, pero quizá no sepas cómo preparar tu piel para el verano.  

Si no tomas medidas para proteger tu piel de los rayos del sol, te estás preparando para tener problemas como arrugas y manchas oscuras más adelante.

Afortunadamente, hay una serie de medidas que puedes tomar para asegurarte de que tu piel esté sana, suave y con buen aspecto cuando suban las temperaturas.

Así que si todavía no tienes tu rutina de verano, aquí tienes cinco maneras de preparar tu piel para el verano. Y si ya tienes una, estos consejos te ayudarán a mejorarla aún más.

Desde la exfoliación hasta la protección, aquí tienes cinco cosas imprescindibles para tener una piel fabulosa durante todo el verano.

1. ¡Exfolia tu piel!

La exfoliación elimina las células muertas de la piel, que pueden hacer que la piel tenga un aspecto apagado y sin vida.

En verano, el sudor y el sol dañan especialmente la piel y es importante exfoliarla al menos una vez a la semana.

Existen dos tipos de exfoliación: la química, también conocida como peeling (con productos como el ácido glicólico o salicílico) y la mecánica, el scrub. 

Los productos de calidad profesional de nuestra gama de exfoliación están diseñados para proporcionarle una piel suave y radiante y prevenir los riesgos asociados a la exposición al sol.

Después de la exfoliación, no dudes en utilizar una mascarilla post-peeling para ayudar a tu piel a recuperarse.

2. ¡Hidrata tu piel!

En verano, los problemas de piel seca son muy comunes. Esto se debe a que en verano solemos llevar menos ropa, lo que hace que nuestra piel sea susceptible de sufrir rozaduras y sequedad.

Una buena hidratación es la clave para una piel suave y flexible, especialmente durante los meses de verano. Para mantener tu rostro hidratado y fresco durante toda la temporada, no dudes en utilizar cremas hidratantes.

También puedes utilizar una mascarilla calmante al menos una vez a la semana. Tus poros te lo agradecerán.

3. No te olvides de la protección solar.

La protección solar es esencial para prevenir las quemaduras solares y el envejecimiento prematuro de la piel.

Se calcula que el 80% de las arrugas son causadas por el daño acumulado de los rayos UV a lo largo del tiempo. El factor de protección solar (FPS) medio recomendado por los dermatólogos es de 30, pero si puedes encontrar un protector solar con un FPS más alto, úsalo.

4. ¡Bebe agua!

Empieza ahora a asegurarte de que bebes suficiente agua cada día, lo que no sólo es bueno para tu piel sino también para tu salud en general.

Puede ser fácil olvidar lo esencial que es el agua cuando estás ocupado o estresado, así que prueba a poner un recordatorio en tu teléfono y a llenar unas cuantas botellas a lo largo del día.

También puedes añadir a tu botella de agua zumo de limón, rodajas de pepino o hierbas frescas como la menta y el romero. Le darán un sabor único que le animará a beber lo suficiente.

5. Exponte gradualmente al sol.

Las células de nuestra piel tienen memoria. Esto significa que, cuando nos bronceamos, las células de nuestra piel están acostumbradas a una determinada exposición a los rayos UV y están entrenadas para afrontarla.

 Si se expone repentinamente la piel a los rayos UV después de no haber estado al sol, ésta puede sobrecompensar produciendo demasiada melanina. ¿El resultado? Acabas con una quemadura de sol.

Si aumenta lentamente su exposición a los rayos UV a lo largo del año, su cuerpo tendrá tiempo de adaptarse y acabará produciendo menos melanina, lo que le permitirá permanecer más tiempo al aire libre sin quemarse y conseguir un bonito cutis bronceado.